lunes, 19 de octubre de 2015

Amores utópicos: Imperfectamente Él.



Amores utópicos: Imperfectamente Él.

Un día más en esta vida insulsa, camino en línea recta, suspendida hasta nuevo  aviso, viviendo alguna aventura fugaz mientras nado en el lodo.
Atrapada, subsistiendo siempre al mismo amanecer, esperando  que vuelvas acordarte de mí para borrar y reescribir el mismo día en donde perpetuamente me dejas. Sacándome un amante y poniéndome a otro. Llenándome de gritos o de silencios, siempre dependiendo de tus vagas ideas.
Suprimes todo y vuelves a comenzar una y otra vez sin encontrar salida al laberinto de mí existir que tú mismo has creado. Ser la marioneta que no puedes manejar no es lindo de vivir.
Estas en todos lados y en ninguno al mismo tiempo, siendo mi héroe y mi verdugo.
Yo, muda como me encuentro, tengo que soportar que detengas mi existencia, que revoques cada idea que no llegas a componer, que aplaces mis sentimientos y omitas los tuyos.
Tengo ganas de gritarte que tal vez, si te pusieras a caminar a mi lado, podrías encontrar la forma de las curvas, podrías subir y bajar, hasta ser un viajero del tiempo. Me reclamarías como tuya y nunca correrías el riesgo de perder.
No te sentirías tan solo, dejarías de estar aquí y allá para estar en un solo lugar concreto. En el mundo que has creado para mí todo es posible.
Las hojas de mi vida comienzan a teñirse de un eterno otoño y se cuela una  fría brisa que trae con ella esperanza, aun puedo ver luz y siento como el suave viento me columpia en sus brazos,  y eso solo significa que aun no me abandonas.
Puedo escuchar que sales y entras, te siento dormir intranquilo, escucho tu llanto y sufro por no poder consolarte.
¿Me creerías si digiera que no hay nadie mejor para ti que yo? Tú me has dado la vida, manejas mis hilos, me has armado a tu antojo.
Hay veces que te siento hablarme desde lo alto, otras miles  de veces escucho como me susurras palabras que no eres capaz de trazar. Veo como dibujas mis sonrisas y borras mis lágrimas.
Hoy me hablaste al oído, me pediste perdón, una vez mas no sabes que hacer conmigo y tienes nuevas hazañas que contar.
Inconclusa nuevamente, me sumerges a la oscuridad, escucho que dejas tu pluma a un costado y me encierras nuevamente en el cajón. El silencio me aturde.
Tal vez, para quien escribe tu cuento, no es momento de una aventura juntos. Creo que ella no quiere compartirte con nadie y por eso te hace vivir asfixiado de soledad, o quizás ella no sea un ella, y él tenga tantos celos de tu divina imperfección que no quiere escribirte una historia feliz.
Si me dieras voz yo gritaría para pedir tú felicidad, no me importaría quedarme atrapada en esta hojarasca si él o ella te dieran un cuento de reyes, o una musa para que me hagas avanzar en amores que no ansío, todo lo toleraría  por ti, aunque eso me llevara a un universo en donde tú no existas.